De 2010 a 2016, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) emitió deuda, principalmente, para refinanciar el pago de líneas de crédito en el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) y la continuación de proyectos de mejoras de capital, indicó la corporación pública en una vista pública de la Comisión de Hacienda y Presupuesto de la Cámara de Representantes.
El director ejecutivo de la AEE, Josué Colón Ortiz, explicó que, hasta el 2009, la mayoría del endeudamiento surgió por el pago de infraestructura eléctrica, lo que impidió que se afectaran las tarifas fijas de los clientes. Luego del 2010, las emisiones de bonos de la corporación fueron dirigidos a proseguir con los proyectos de infraestructura y, además, refinanciar la deuda previa.
La medida cameral, de la autoría del representante José Rivera Madera, investiga la necesidad, justificación y legalidad de las emisiones de bonos de la AEE realizadas, particularmente, desde el 26 de marzo de 2010 hasta el 31 de diciembre de 2016.
“En la mayoría de las veces, la manera en que esa infraestructura se podía realizar era mediante financiamiento. y como mejor se obtuvo fue a través del tiempo. La manera más económica, la manera menos impactante a los clientes, era emitiendo bonos para construir esa infraestructura”, puntualizó Colón Ortiz.
“El propósito de obtener financiamiento para obtener capital es para no impactar de manera inmediata a los clientes que reciben el servicio”, abundó.
Al 2017, cuando inició el proceso de quiebra bajo el Título III de la Ley Promesa, la AEE tenía una deuda pendiente de $8,508 millones en bonos, de los cuales $2,226 millones eran asegurados entre tres tenedores de bonos (National Public Finance Guarantee Corp., Assured Guaranty Corp. y Syncora Guarantee, Inc.) y otros $6,282 millones no asegurados.
La corporación pública adeudaba otros $4,640 millones en el sistema de pensiones y $696 millones en líneas de combustible. En otras reclamaciones generales la AEE contaba con deuda pendiente de aproximadamente $2,000 millones. Colón Ortiz subrayó que, aunque se emitía deuda, no se modificó la tarifa fija relacionada a los gastos operacionales de la AEE desde 1989 hasta 2009. Por tal razón, ocurrió un déficit operacional en la corporación.
“En otras palabras, hasta el 2009, había una deuda escondida – se puede llamar así – de la Autoridad, que se fue acumulando debido a que, lo que dice el informe y lo que dicen ustedes, la tarifa fija se mantuvo estable aún cuando los costos operaciones y administrativos subían. Eso provocó un disloque. Provocó que se crearan líneas de crédito para comprar combustible y otras cosas”, dijo el representante Jesús Santa Rodríguez, presidente de la Comisión de Hacienda y Presupuesto.
“Trastocó un poco el propósito de la emisión (de bonos), porque la que antes era predominantemente para pagar proyectos nuevos, ahora se utilizaba para proyectos nuevos más otras cosas”, sostuvo.
El director ejecutivo reconoció que la única forma de pagar la deuda una vez la jueza Laura Taylor Swain establezca el plan de reestructuración será mediante las facturas de energía de los abonados de la AEE. Colón Ortiz dijo que en el término de 2009 al 2012 una evaluación arrojó que la manera de crear “eficiencias sustanciales” que provocarán ahorros a la AEE, con el fin de manejar sus compromisos fiscales, es reduciendo el componente mayor de la tarifa, que es la compra de combustible. Esta acción se lograría, resaltó el funcionario, al gasificar todas las unidades del sistema de generación y moviendo a Puerto Rico a un sistema de energía renovable, según el mandato de la Ley 82-2010.
“Si yo quería invertir algo, y bajar el consumo de combustible, yo tuve que haber hecho hace décadas un movimiento a la energía renovable para depender menos de él”, expresó el representante Santa Rodríguez.
“La Autoridad debió haber invertido el dinero que cogía prestado, parte de ello, en envolverse en este proyecto de energía renovable. Así yo sí logro comprar menos combustible y que el impacto en la factura fuera menor”, manifestó el legislador.
Colón Ortiz afirmó que se encuentran en un proceso que pretende “inyectarle” al sistema eléctrico 3,700 megavatios de energía mediante fuentes renovables, mayormente, solares. Asimismo, 1,500 megavatios en almacenamiento de energía mediante baterías.
Actualmente, se encuentran en la primera etapa, que incluye 1,000 megavatios de producción de energía mediante fuentes renovables y otros 500 megavatios en almacenamiento.